De sobra es sabido que el tiempo no vuelve. Y nuestra manera de manejarlo nos trae de cabeza. Si eres un empresario o estás emprendiendo, seguramente te ocupa y te preocupa el tema. Si haces networking profesional para conseguir clientes para tu empresa ya estás en déficit de tiempo corriendo de un lado para otro.
La vida está hecha de pedacitos. Malgastar esos pedacitos, esas ‘medias horas’ es tirar la vida. Si pensamos en términos de emprendimiento, el tiempo es el capital que todos tenemos por igual.
¿Te has puesto la meta firme de aprender a domar el tiempo? Me encantaría compartir los secretos que muchos profesionales y empresarios han compartido conmigo, así como los innumerables éxitos y aprendizajes acumulados sobre el tema.
¿Cuáles suelen ser los principales ladrones de tu tiempo?

 

1- La falta de metas.

2- El miedo a hacer demasiadas cosas a la vez.

3- El Ansia viva.

4- La desorganización personal.

5- La falta de motivación.

6- Las interrupciones de naturaleza distinta a tus objetivos.

7- Las visitas que nos llegan sin cita previa.

8- La falta de fuerza a la hora de decir NO.

9- La falta de información.

10- La falta de autodisciplina.

11- Las tareas no llevadas a cabo.

12- WhatsApp, Facebook, Twitter, o los impedimentos a la concentración.

13- Los chismes y rumorología.

14- No saber escuchar.

15- La indecisión.

16- Las ganas de saberlo todo de todos.

Lo mismo se te ocurren más asesinos de tu tiempo. O no estás muy seguro de algunos de los que he mencionado. Si es así, coméntamelo. Me apasiona aprender sobre el tema. Pero No. No me digas que no tienes tiempo. Dime que hay otras prioridades. ¿Quieres domar el tiempo? Yo uso una técnica que he dado en llamar ACDC. Cuatro pasos en los que trabajo para conseguir mejorar mi gestión del tiempo:

  • Analizar
  • Controlar
  • Decidir
  • Celebrar

Nadie seguirá tu liderazgo si no tienes claro lo que quieres, lo que sabes y dónde quieres ir. Para mí es importante tener la meta escrita, delante de mí. Y además en términos concretos. Detallar y formular los deseos, y las tareas. Tener estos elementos ante uno sirve de estímulo. Sirve como reto. Provoca la acción.
Muchas personas que no alcanzan sus metas coinciden que les falta concentración y foco en la misma. Seguramente porque no la tienen tan clara.
 
Analizar.
Pregúntate: ¿Qué quiero alcanzar? ¿Qué dimensión tiene lo que quiero lograr? ¿En cuánto tiempo quiero conseguirlo? Si tienes pareja, es importante consensuar estos puntos. Tener una meta común puede fortalecer la relación. Ir a tu bola puede someter la relación a un estrés demasiado costoso.
La madre del cordero está en los sueños. Cultivar nuestros sueños y ayudar a que nuestros colaboradores cultiven los suyos.
El 95% de la gente no cree realmente ser capaz de realizar sus sueños. Y se nota. Por su manera de tomar decisiones. Por su manera de tratar a los demás. Analiza cuáles son tus cualidades, competencias y habilidades. Pregúntate cuáles te faltan para lograr tus objetivos. Y trabaja para suplir esas carencias. O subcontrátalas. Solamente tú puedes hacer un análisis completo y sincero.
 
En esta fase de análisis y formulación de objetivos la idea es tener clarísimas tus prioridades personales. Alinéalas con tus prioridades profesionales. Y concreta tus sueños.

Sueños concretos  +  Metas concretas + Estrategias concretas = Motivación

 
Controlar.
Para mi controlar significa una vez que sé que necesito y quiero hacer, planificar bien.
Ten una Agenda de Objetivos. El éxito de un líder también depende de su visión del futuro. Visualiza tus objetivos, saboréalos, celébralos como si los hubieras conseguido. Pero no te quedes en la visualización. Divídelos en una escala de tiempo razonable. Realizable, pero que suponga un reto estimulante. Y escríbelos.

Una meta sin fecha es una flecha sin diana

Y en ese análisis de tus prioridades y objetivos, asegúrate de poner por escrito cada objetivo y meta. Junto a cada objetivo y meta, escribe tu por qué. Por qué es tan importante para ti conseguirlos. Si tu no tienes claro su importancia, no los conseguirás.
Establece metas bien definidas y concretas. Mide qué implicará conseguir tus metas. Qué te va a costar llegar a donde quieres llegar. Controla los recursos que tienes y los que necesitarás para lograr tus objetivos.
En esta fase de control o planificación ten en cuenta estos 9 puntos:

1- Revisa que sigues alineado con tus prioridades personales y profesionales.

2- Aparta tiempo concreto para planificación.

3- Reserva siempre un margen de tiempo para los imprevistos (que los hay siempre).

4- Monitoriza si haces un uso del tiempo de acuerdo con lo que quieres conseguir.

5- Trabaja constantemente en la planificación de TU tiempo.

6- Sé flexible. Haz lo mejor que puedas en cada momento. No te pares a lamentarte. Elévate sobre las dificultades y sigue hacia adelante.

Keep Calm And Carry On

7- Cuando planifiques, hazlo por escrito siempre.

8- Establece un tiempo límite para obtener resultados.

9- Clasifica las tareas por orden de prioridad (para TI).

 
‘Pero Nathan, no es tan fácil clasificar las tareas por orden de prioridad y luego ajustarse a ello. A lo largo del día y de la semana pasan un millón de cosas que te obligan a tirar la planificación por la borda.’
NO. No si tú te plantas. Se trata de tu éxito y de tu liderazgo. Hazte estas tres preguntas:

a) ¿Qué tarea me acerca más a mi objetivo en el corto, medio y largo plazo?

b) ¿Qué tarea contribuye en mayor medida a lograr el objetivo general de mi proyecto?

c) ¿Con qué tarea obtengo más 1) ganancia, 2) reconocimiento y 3) me acerco más a mi ‘meta volante’?

Conoces la Ley de Pareto seguramente. El 20% de las tareas que hacemos nos producen el 80% de los resultados. Eso quiere decir que tendemos a malgastar un 80% en tareas que o bien no nos aportan valor a nosotros, o son directamente para otros. Y yo no puedo dejar de preguntarme ‘¿para qué?’. Controlar estas variables pueden ayudarte a desprenderte de proyectos que no aportan nada a tu éxito a corto, medio y largo plazo.
En esta fase de Control, divide tus tareas en 3 tipos:

A. INMEDIATAS.

Deja lo que estés haciendo para terminar éstas tareas. No te lo pienses, no hay opción. Las dejas hechas cueste lo que cueste y punto.

B. IMPORTANTES.

Vale, son importantes. Pero puedes terminar lo que estás haciendo. Y luego te pones con ellas sin falta.

C. NO SON IMPORTANTES.

Si no son importantes, pueden esperar. Si pueden esperar, ¿realmente tienes que asumir esas tareas? ¿Puedes delegarlas en otra persona? ¿Puedes prescindir de ellas?

 
Decidir.
En torno a un 70% de la población suele tener dificultades para decidir de forma rápida. ¿Te suele pasar? ¿Te incomoda mucho verte obligado a tomar una decisión en el momento?
Pero ojo, si ya has dedicado tiempo a Analizar y Controlar, ya deberías tener claro lo que quieres hacer, cuándo hacerlo y cómo hacerlo. Incluso has reflexionado sobre la importancia de lograrlo y el impacto positivo que tendrá en tu éxito personal y profesional.
Tu decisión marca tu destino. Tu falta de decisión lo sepulta.
Ha llegado el momento de ejecutar. Lleva a cabo las tareas que realmente crees que tienes que realizar.
Rodéate de personas que te animen a actuar. Los miedosos o los agoreros acentuarán tus problemas para tomar decisiones. Busca guerreros con cabeza. No académicos sin experiencia. Si tienes en tu equipo a personas que no están dispuestas a ser ayudadas, no pierdas tu vida. Ni tu energía. Déjalas ir. No podemos empujar a nadie. Y toma decisiones con la razón, no con el corazón. Te puedo contar un libro entero de malas decisiones que he tomado por hacerlo con el corazón. Pero para eso, tendrás que invitarme a un café, ¿eh?
No sé si te puede servir, pero mi padre me enseñó siendo aún niño, a usar la Cruz de Adenauer. A un lado pones los pros y a otro los contras. Le asignas un valor a cada aspecto, y al final sumas. Si los Contras suman más que los pros, no opto por esa opción. Si los pros suman más que los contras, ¡¡a por todas!!

Pros             ¦        Contras

a        (5)      ¦        a         (8)

b        (7)      ¦

Pros  (12)    ¦       Contras (8)

 
Celebrar.
Éste es el momento de mirar hacia atrás y preguntarte qué tal están yendo las tareas que llevas a cabo. Lo has deducido correctamente. Es un proceso constante. Cada día, date permiso para disfrutar de la sensación de haber hecho lo posible. De haber conseguido pequeños triunfos que te acercan a tus metas. De haber aprendido de los errores del día.
¿Cómo es la jornada de un líder?

  • Empieza el día de forma positiva. Huye de todo lo que te coloque en un estado de irritación.
  • Desayuna fuerte. Con un café solamente poco vas a liderar.
  • Infórmate. Aprende. (Pero no olvides el primer punto. Evita lo negativo)
  • Sigue un horario fijo. Empieza tu día con puntualidad.
  • Fija las prioridades del día.
  • Valora al final del día los resultados conseguidos hoy.
  • Celebra tus éxitos y aprendizajes.
  • Organiza el día siguiente.
  • Disfruta de tu familia, amigos y aficiones.
  • Descansa 7/8 horas por lo menos.

 
Yo no tengo la llave mágica, pero éstas ideas me ayudan a re-enfocarme. ¿Cuáles son tus estrategias para domar tu tiempo? ¿Te funcionan? Compártelas conmigo!
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