¿Has escuchado una presentación empresarial que de tan adornada perdió toda efectividad? ¿Una persona realmente enamorada del sonido de su propia voz? ¿Usando un léxico con esteroides fuera de contexto? ¿Funciona esa manera de comunicar?
Lo cierto es que recordamos mucho mejor las cosas sencillas. Tanto el exceso de información como la complejidad innecesaria ponen las cosas más difíciles de lo que en realidad han de ser.
Para que tu mensaje llegue donde debe en el mundo empresarial, mantén un lenguaje simple y utiliza términos familiares.
¿Has estudiado en la universidad o en la escuela de negocios utilizando el método del caso? ¿A que quien escribe usa frases complejas hasta el extremo? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Para tu beneficio? No. Es porque sienten que sus ideas serán más respetadas si suenan ingeniosas y formales. Lo cierto es que quien lee absorbe mucho menos de esta manera.
Hablar de manera más culta o enrevesada de lo que la situación requiere puede ser una falta de respeto hacia la persona o personas a las que te diriges. Recuerda que no tienes que demostrar cuán culto eres en cada oportunidad. Mantén tus emociones en equilibrio y resiste la tentación de sacar el tamaño de tu léxico.
Más es menos
La gente a la que hablamos a menudo son profesionales muy ocupados con agendas cargadísimas y una infinidad de responsabilidades. ¿Tienen la energía para leer y re-leer documentos complicados? Y aunque la tuvieran, ¿cómo crees que les sienta que les hablemos adornándonos? ¿Lo hacemos realmente por ellos?
Comunica para que tu audiencia te entiende desde sus tripas, no desde su intelecto.
Nathan Manzaneque
Si tienes una presentación que hacer, o quieres mejorar tu comunicación en la empresa, ayuda a que tu mensaje se quede. No marees. Sé tu mismo.
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