Como un suspiro, casi sin darte cuenta. Cada diciembre igual. A medida que avanzas en años y en experiencia empresarial te preguntas cómo puede ser que terminara ya el año.
Lo más puñetero es cuando al hacer el auto-examen descubres que estás en el mismo punto que hace un año en más de un área profesional y personal. Y joroba. Duele. ¿A que sí?
Sobre todo si eres una persona inquieta y apasionada del crecimiento profesional y personal.
Si eres como yo, haz como yo. Plantéate los retos más ambiciosos para principios del año. Besa las ranas en Q1 y Q2 (los dos primeros trimestres). Haz lo difícil. Invierte en ti y en tu liderazgo. Aprende, sal de tu zona de confort pronto en el año. Visita a esa persona que puede brindarte una oportunidad. Ármate de valor y haz esa llamada difícil, esa que te da un no-se-qué en el estómago.
Busca el 20 % de acciones a realizar que consiguen el 80% del resultado, y llévalas a cabo YA. Lo antes posible en el año. Sin excusas.
‘Lo mejor es enemigo de lo bueno’, me decía un amigo. No paralices esas acciones porque quieras esperar a hacer las cosas perfectas. Hacer, Fallar, Acertar, Celebrar, Disfrutar, y Volver a Empezar.
¡Pero YA! Acuérdate, el año que viene ya pasó.
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