¿Te cuesta desconectar del trabajo al llegar a casa? ¿No sabes cómo apagar tu mente cuando estás fuera de tu horario laboral? Veamos. Trabajas más horas que un reloj y casi se te olvida comer. No puedes evitar volver a mirar el correo del trabajo en tu smartphone. Solamente por quedarte tranquilo, por si hay algún fuego que apagar. Has invertido o piensas invertir en un curso de gestión del tiempo y haces todo lo posible por mantenerte al día y aumentar tu productividad y la de tu equipo. ¿Te pasa?
Vuelves de tus días de descanso y te encuentras prácticamente tan cansado como antes de irte de vacaciones. Mientras te tomas tu merecido descanso te sientes culpable porque una vocecilla interior pone en duda que realmente seas merecedor de ese descanso. «Ahí, sin hacer nada. ¿No te da vergüenza?»
Y el nivel más alto de dificultad para desconectar: soñar con el trabajo. Algo sin resolver viene a perturbar tu sueño. Probablemente eres el tipo de persona que da el ciento cincuenta porciento cada día. Hay momentos en los que sientes que el ritmo que llevas no es normal y que vas de proyecto en proyecto mientras descuidas tus intereses más personales.
Si te sientes identificado con esta situación, probablemente mental, emocional, y físicamente notarás los sintomas de agotamiento que conducen a lo que se ha dado en llamar el síndrome de estar quemado. ¿Cómo se llega a ese punto?
Ser demasiado perfeccionista
Cuando uno es muy perfeccionista tiene unas expectativas irrazonablemente altas sobre sí mismo. Y lo peor es que persigue la perfección en todo lo que hace. Incluidas aquellas pequeñas tareas que no aportan nada de importancia al objetivo que se busca conseguir.
Ganas de demostrar a toda costa lo bueno que eres
Si tienes dificultades para sentirse seguro de ti mismo puede ser que intentes compensarlo con cada vez más horas para conseguir más resultados. El problema es que estando disponible todas las horas del día estás drenando tu capacidad de rendimiento en el medio y largo plazo. No hay cuerpo que resista la falta de equilibrio por siempre.
No poner límites cuando toca
Si eres una persona orientada a relaciones que antepone el deber y a los demás antes que a sus propios intereses (cosa loable dentro de un equilibrio), puede ser que te cueste mucho decir que no y marcar límites razonables. Y eso lleva a que se confunda el límite entre lo que debería ser tiempo para la empresa y tiempo para tu equilibrio personal, emocional, y físico.
¿Cómo aprender a desconectar del trabajo al volver de vacaciones o al final del día?
8 Maneras De Desconectar del Trabajo Y Disfrutarlo Sin Sentirte Culpable
Para disfrutar de tus vacaciones o incluso de tu tiempo libre fuera de la empresa, el primer paso es tener la voluntad de equilibrar tu relación con tu descanso y tu tiempo libre. De alguna manera tienes que dar un giro a tu forma de pensar sobre el tema y empezar a valorar que lo que realmente te conviene es una estrategia de éxito a largo plazo en cuanto a cuidar de tu rendimiento y de ti mismo.
1 – Separa tus emociones de tu identidad
Está claro que si te sientes mal no haciendo nada, es porque la inactividad te hace sentir incómodo. Si estás determinado a cambiar eso, es importante identificar ese sentimiento como una creencia de poco valor y que te limita en tu crecimiento personal y profesional. Esa creencia limitante y las emociones que despierta no van a desaparecer de golpe. Pero no tienes por qué permitir que te afecten o dicten qué vas a hacer y cómo.
No concluyas que en vista de que tu diálogo interno te dicta «me siento culpable cuando no estoy produciendo», por lo tanto eres una mala persona. O que eres un perezoso. Reformula esas ideas hasta que esa incomodidad quede como una historieta que ni te va ni te viene.
2 – Evita el Fear Of Letting Down
Fear of letting down se traduce como temor a dejar en la estacada a alguien. Por no decepcionar a otra persona, o incluso a nosotros mismos, nos provocamos daño a corto y largo plazo.
Ese temor puede venir de una ética de trabajo muy exigente. Exigirnos un alto rendimiento no es un problema si no se convierte en una exigencia irrazonable y perjudicial. ¿De qué nos sirve tener el rendimiento más alto durante un período de tiempo limitado si perdemos nuestra capacidad de rendir o provocamos que se deteriore?
La próxima vez que te de apuro no cumplir con tu exigencia o la de los demás, asegúrate que esa exigencia se equilibra con lo que es posible hacer dando lo mejor de ti mismo en el tiempo razonablemente designado para ello.
Sin ninguna duda, tus clientes y tu equipo prefiere seguir contando contigo al 100%, en lugar de tenerte un mes al 150% y perderte más tarde por un cuadro de ansiedad.
3 – Póntelo difícil para seguir conectado
Sé lo que me vas a decir. «Nathan, me vas a pedir que no me lleve el ordenador en mis vacaciones, y eso no lo voy a hacer.»
Tú mismo, no soy nadie para decirte qué hacer, por supuesto. Aún así, una cosa es segura, cuanto más difícil te pongas estar conectado, mejor aprovecharás tu tiempo de descanso. Y mejor te sentará. Tu productividad futura se verá aumentada. A muchos de mis clientes de consultoría les ha ido bien aplicando estas ideas:
- Haz una lista de las cosas que lograste antes de irte de vacaciones
- Date permiso para celebrar esos logros
- Cierra sesión en todos los programas hasta que vuelvas
- Apaga el ordenador y ponlo en una habitación diferente
- Borra de tu smartphone las aplicaciones de gestión de email
4 – Gestiona bien las expectativas
Si trabajas liderando un servicio de urgencias posiblemente tienes que lidiar con «bombas» que desactivar o «fuegos» que apagar. Incluso las personas que no pueden fallar necesitan delegar de forma efectiva.
Cuando tu equipo o tus clientes esperan que respondas mientras necesitas descansar, involuntariamente te están pidiendo que sacrifiques tu equilibrio personal para satisfacer su necesidad inmediata. A menudo, esa necesidad inmediata no es una necesidad legítima, ya que tu respuesta habría sido igualmente efectiva al día siguiente o si se hubiera planificado mejor y respondido cuando estabas en tiempo de trabajo.
¿Cómo cambias las expectativas si ya tienes a la gente acostumbrada a no tener límites? Pues comunicándolo con asertividad y explicando el por qué del cambio de cultura
5 – Deja de enfocarte en lo que no pudo ser
«Madre mía, tenía que haber contestado el email de Fulanito.» Así no es posible desconectar. Si te obcecas con todas las tareas que no se han llevado a término en tu horario de trabajo, estarás alimentando a la bestia de la escasez. Te centrarás en lo que no pudo ser en lugar de en lo que sí se consiguió. Nunca será suficiente. Nunca serás suficiente.
Por eso es tan vital que cuides tu enfoque y lo que te dices a tí mismo. Celebra lo que sí has conseguido en el tiempo que tenías designado para conseguirlo. Otra cosa diferente es que en horas de trabajo mejores tu capacidad de planificación y de gestión del tiempo.
En lugar de machacarte por lo que no llegaste a hacer, celebra tus logros durante tu tiempo para cargar las pilas.
6 – Hazlo poco a poco
No eres como un Lamborghini que puede ir de 0 a 100 kilometros a la hora en cuatro segundos, y tampoco puedes frenar de 100 a 0 bruscamente. Los chutes de adrenalina y dopamina que te genera el estrés en el trabajo puede que te mantengan en el mismo plano emocional y mental. Pero cuando pares de golpe, los síntomas de abstinencia te van a hacer sentir ansiedad. Lo que conocemos como «estoy que me subo por las paredes». O «se me viene la casa encima».
Intenta ir despacio. Intenta tomarte pausas que gradualmente te ayuden a librarte de la presión acumulada. Tómate algún día libre suelto antes de las vaciones, por ejemplo. Y en tu día a día, intenta tomarte una pausa breve después de cada reunión de alta intensidad.
7 – Piensa en la cultura de tu empresa
Para mejorar tu forma de desconectar del trabajo, piensa en lo que es más justo para tu equipo. Si quieres que tu equipo desconecte, tú tienes que demostrales que sabes desconectar.
Cuando las personas en tu equipo se queman producen menos y son infelices mientras lo hacen. La productividad se resiente mucho como consecuencia. Y con un equipo churruscao es mucho más difícil conseguir objetivos.
En el momento en el que tú no paras de trabajar cuando deberías descansar, estás mandando un mensaje alto y claro. «Aunque te diga de boca que descanses en tu tiempo libre, en realidad si quieres que te valore más, prefiero que no lo hagas.· Tus acciones pueden estar hablando más alto que tus palabras, sobre todo si tienes una posición de liderazgo en la empresa. Responder a whatsapps o emails a las 9 de la noche o las 6 de la mañana o en tus vacaciones, puede convertirse en una norma no escrita que forme parte de la cultura de tu organización. Si tú no desconectas de verdad en tu tiempo libre tu equipo se verá «inspirado» o presionado a hacer lo mismo.
Habla con tu equipo sobre lo importante de cuidarse y disfrutar del tiempo libre para mantener su salud mental y emocional. Eso forma parte del liderazgo compasivo que construye equipos ganadores. Cuanto mejor sea tu ejemplo, antes aprenderán ellos cómo desconectar del trabajo durante las vacaciones y en su tiempo libre. Cuanto más cuides de tu equipo, más cuidará tu equipo de ti.
8 – Considera tu descanso como una inversión
Nuestro cerebro consume una gran cantidad de energía cuando funciona a pleno rendimiento. Y como cualquier otro músculo, no podemos someterlo a un sobre esfuerzo constante. Tenemos que ponerlo en sleep mode, por así decirlo. Y eso incluye dormir nuestras horas, y aprender a relajarlo de cuando en cuando para recuperar su capacidad.
Una buena desconexión redunda en mayor claridad de ideas y en una sensación de bienestar y equilibrio que nos hace sentir en control de nuestra vida, en lugar de ir como pollo sin cabeza cargados de incertidumbre.
Quizá nos ayudará pensar en nuestras vacaciones y nuestro descanso como una inversión en mantenimiento de nuestro cerebro. Descansar es una inversión en renovar nuestra capacidad de generar ideas y soluciones más creativas. ¿Quién no quiere renovar su capacidad de ser más resolutivo? ¿Quién no quiere mejorar y aprender cómo desconectar del trabajo?
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Nathan Manzaneque, consultor de empresas y coach ejecutivo.