Esta semana escribo sobre la crítica y su efecto en nuestro trabajo y en nuestra empresa.

(Por cierto, desde el convencimiento profundo y un apoyo sincero de los valores del empoderamiento de la mujer, me niego a decir en este artículo ‘lideresa’, o ‘lídera’, de la misma forma que no voy a cambiar la pálabra neutral líder para hacer un masculino impostado, tipo ‘lidereso’, o ‘lídero’. Para mí o eres una líder, o no lo eres. Sin más.)

Hay personas que critican de forma abusiva porque sí. Para elevarse a sí mismos. Puede que debido a múltiples complejos y traumas sin resolver. Quizá son rehenes de su propia miopía emocional.

En cualquier caso las personas realmente fuertes non son abusones, ni en sentido emocional, verbal, ni físico. Las personas fuertes no buscan derrotar a los demás. Más bien les ayudan a crecer y a elevarse sobre sus desafíos personales y profesionales.

En el mundo de la empresa, la dirección y las ventas, puede dar la impresión de que sólo los críticos, los abusones, y los cínicos ganan la partida.

El liderazgo trumpista o mouriñista está de moda entre el empresariado más casposo. Gerentes y directivos que dicen a cuál la parida más grande para provocar a la otra parte y desestabilizar la negociación. Motivar por alienación. Por agotamiento de la otra parte. Por miedo o terror a la otra parte. Por amenazas de barrios bajos. Por emboscadas en los caminos.

No sé si coincides en que el liderazgo trumpista genera un compromiso muy bajo entre el equipo que lo sufre. ¿Cuántas dimisiones han habido en el equipo de Trump desde el mismo momento que empezó su mandato? ¡En cuántos lodazales se ha metido él y ha metido a su equipo! I rest my case. Es un liderazgo trasnochado que genera animadversión hacia ese ‘líder’ y hacia la marca que representa.

Eso no quiere decir que el liderazgo efectivo se ejerce sin utilizar la crítica. En ambas direcciones…

Una gran líder recibe críticas con frecuencia.

Y tiene que ser así, ¿no? Una líder no es una animadora con pompones. No tiene que ganar un concurso miss universo ni ser la más popular del cole. Tiene que tomar decisiones difíciles en momentos difíciles para proteger a la organización por la que trabaja y por sostener los valores de la misma. Va en el sueldo. Una líder que no le echa valor y no toma las decisiones difíciles y escoje el mal menor, es una mal líder.

Por eso asumir con naturalidad que hacer lo correcto provoca críticas de todas clases y de todos los frentes, es lo mínimo que uno debe aceptar al liderar cualquier equipo o proyecto.

No puedes ser una blandita si estás liderando un equipo. Si estás haciendo las cosas medio bien siquiera, seguro que hay alguien que te está poniendo verde acelga. Me juego lo que quieras. Aunque tú no seas consciente de ello. Envidiosos y mediocres venidos a más que no soportan quien les haga sombra hay en todos los sitios donde trabajan más de tres personas.

Y el hecho de que vayan a por ti y no lo hagan de forma honesta y abierta demuestra que estás haciendo algo bien. No permitas que te saquen de la inercia positiva que vienes generando. Eso es seguramente lo que pretenden de forma consciente o inconsciente, abierta o solapada.

Por cierto, seguro que ya has descubierto que la mayoría de las críticas se hacen con nocturnidad y alevosía. No para ayudar al líder a mejorar las cosas, no. Sino para ejercer una influencia negativa y favorecer su caída. Por eso esas críticas presuntamente constructivas no se ofrecen a la persona en cuestión en el momento idóneo cuando aún puede surtir efecto positivo. Nope.

Si ocurre eso en tu organización, lo primero a conseguir sin prisa pero sin pausa, es trabajar en cortar de raíz la cultura del gossip (cotilleos mordaces y críticas desleales de lame***** envidiosos y personitas mediocres con pocas ganas de crecer) y crear una cultura de integridad y apertura de miras en la que las personas van de cara porque quieren proteger la higiene de la organización.

Mientras lo consigues, desarrolla tu fortaleza mental. Pide que te ofrezcan críticas de forma respetuosa pero muy sincera. Abraza las críticas y sé objetiva. Aprovecha cada coma de las críticas y utilízalas para aprender y generar recursos y herramientas en tu favor. Cada punto. Sácalas a pasear cuando tengas que inculcar uno de los valores nucleares de tu organización.

Si permites que las críticas recibidas te desestabilicen, tu gestión se resentirá, y tu organización lo sufrirá. Y entonces sí te harás merecedora de ser criticada. Hazte fuerte, amuralla tu coco, protege tus emociones.

Una crítica es SIEMPRE una oportunidad de incógnito. Solamente los líderes emocialmente ingeligentes las aprovechan.

Nathan Manzaneque, Business Consultant

Si sacas a pasear tus emociones más primarias sin control ante la crítica has perdido la partida antes de empezarla.

No quiero decir que no muestres tus emociones, ojo. No hay de qué avergonzarse por mostrar nuestras emociones. Lo que afecta a tu liderazgo es que las emociones te hagan perder el foco de tu responsabilidad como líder.

Liderazgo Trumpista – Ilustración April S. Manzaneque

Que tus emociones nublen la claridad que necesitas para tomar decisiones difíciles en momentos aún peores; ese es el problema. Tu equipo necesita ver a una persona que sabe a dónde va y les ofrezca estabilidad. No que dinamites todos los puentes cada vez que recibes una crítica más o menos injusta.

¿Cómo se consigue esto? ¡Buff! Pues con mucha práctica y mucho trabajo personal. Primero, enfocándote en el problema que tienes delante y no en la persona, sin miedo y sin pelos en la lengua. Y en segundo lugar, centrándote también en la meta, en tu visión al atravesar la situación entre manos.

Piensa en que tu decisión ha de ser la mejor para la organización. Tu respuesta a la crítica no debe, y no puede ir dirigida a establecer tu liderazgo. Debe y tiene que ir dirigida a conseguir el mejor resultado para tu organización y las personas en ella.

Un gran líder critica a otros de forma constructiva frecuentemente.

No se trata de ser una mosca cojonera, no voy por ahí. Una líder que está todo el día detrás de ti encontrando fallos en lo que haces es una señorita Rottenmeier, un castigo del señor, vamos. Lo que consigue una persona así es ilustrar lo que no es el liderazgo humilde, de éxito, y sostenible.

La labor de una líder es entre otras muchas, hacer mejor a las personas de su equipo. ¿Te lo crees? ¿Estás comprometida con ello? ¿Seguro? No me lo creo. «Nathan, no me toques los pies…» No, querida. Te lo digo con todo el cariño y con toda la intención. Si no criticas a tu equipo practicamente todos los días, no estás realmente comprometida con su crecimiento. Estás comprometida con evitar el conflicto, que es muy diferente.

Una líder auténtica, busca la oportunidad de criticar algo mejorable constantemente. Y lo hace sin que suene como una crítica cuando alcanza un grado de experiencia importante. No dejes pasar la ocasión de ayudar a tu equipo a superarse y crecer hasta lograr su máximo potencial.

Callarse una crítica es fallarle a tu equipo. Les niegas la oportunidad de superarse y alcanzar tus expectativas. Criticar sin empatía es envenenarte a ti mismo. Te niegas toda opción futura a la credibilidad que necesitas para liderarles.

Nathan Manzaneque .com

Las críticas que sirven para mejorar la organización y las personas, no se callan, se regalan.

¿Cómo se entrega un regalo? ¿Cómo deberías entregar tus críticas?

  1. Viene desde una motivacion honesta de hacer bien a la persona a la que regalas una crítica auténticamente constructiva.
  2. Escogiendo bien el momento en el que la persona que recibe tu crítica puede gestionarla emocionalmente mejor.
  3. Ofreciendo la crítica de forma digna, discreta, edificando y haciendo quedar mejor ante otros a la persona que la recibe.
  4. En un envoltorio hermoso que engrandece la crítica. Conviértela en una muestra bonita de afecto y respeto tanto profesional como personal.
  5. De forma bien pensada, no improvisado ni por impulso. Si improvisas, metes la pata fijo. Si meditas con cuidado, demuestras la profundidad de tu interés sincero por la persona. Demuestras un liderazgo maduro.
  6. De forma personal y personalizada, no genérica e igual para todos. Ten en cuenta el estilo de conducta de la persona.
    • Si tiene una personalidad orientada a resultados habla claro, frases cortas y directas, no des rodeos, y ve al grano para no frustrar a la persona. No entres al detalle, dile lo que quieres, porqué lo quieres, y qué obtiene ella si lo hace. Habla rápido, en un tono de voz alto y con convencimiento. Déjale su espacio personal. Evita contacto físico. No hables de emociones, no le importan en este momento y le pondrán furiosa. Plantéale plazos de tiempo cortos. Hazle ver lo valiosa que es en la empresa y por qué el compartir esta crítica le hace especial e importante.
    • Si su personalidad es más orientada a la creatividad, utiliza un tono positivo, con sentido del humor, sin dramatizar nada, destaca los puntos dignos de encomio, y sé más específico todavía. Destaca cómo aceptar bien la crítica va a mejorar su posición en la empresa y ante otras personas. Seguramente no va a hacer seguimiento de lo que le digas. Fija una segunda reunión para ayudarle a evaluar su progreso si procede. Confírmale que formáis un equipo y que es una parte tan importante que quieres seguir contando con ella y su actitud entusiasta y fuerza positiva. Toda la reunión ha de mantener un tono ligero y terminar con mucha energía positiva. Cierra con una llamada a la acción que suponga un reto estimulante y divertido.
    • Si es una persona más de relaciones, de evitar el conflicto y cuidar de todas en la empresa, habla despacio y en un tono de voz bajo que exprese calidez. Siéntate cerca. Muestra afecto de forma apropiada. Ten un contacto visual más intenso. Hazle ver que aceptar la crítica demuestra que le importa el equipo y el efecto que tiene en otras personas.
    • Si es una persona más bien orientada a procesos, dale detalles. Fechas, horas, casos concretos, nombres, apellidos, matices, datos, hechos. Destaca por qué es justo y equilibrado que escuche la crítica y la ponga en práctica. Comparte el proceso que le va a ayudar a conseguir el resultado deseado. Habla más despacio todavía. Elabora bien tus argumentos. Habla de forma aún más suave. Dale tiempo a pensar cada idea. No le presiones a contestar. Ofrécele la oportunidad de considerar y analizar lo que le estás planteando, y de volver a hablar en unos días para que tenga su tiempo de ponderar la crítica y evaluar el valor que le puede aportar.
  7. Siendo bien específica sobre el impacto de no aceptar la crítica y continuar como hasta ahora. «Lo que he notado, observado, o sentido es esto…». «El problema que me / nos ha generado es este concreto …»
  8. Hablando 100% con claridad sobre lo que quieres conseguir y qué exactamente supondría una mejora.
  9. Confirmando tu lealtad y aprecio sincero a la persona a la que ofreces la crítica, por las formas, los modales, el lenguaje corporal, y las palabras bien escogidas que utilizas siempre que ofreces una crítica.
  10. Explicando por qué valoras especialmente su aportación individual y qué aspectos de su contribución a la organización le convierten en un miembro del equipo valorado y apreciado.

Critica mucho y bien, critica con empatía y positividad, y sobre todo critica con sinceridad. Pide que te critiquen mucho y bien, que te critiquen con respeto y honestidad, y si es posible con discreción y claridad.

Nathan Manzaneque .com

No me seas una líder trumpista, anda. De andar poniendo minas antipersonas por ahí. De ‘tirar la piedra y esconder la mano‘. De ‘divide y vencerás‘. De ‘a dios rogando, y con el mazo dando‘. De ‘haz lo que digo, pero no lo que hago‘. De ‘¡porque soy la jefa y porque lo digo yo, moño!‘. De ‘tenemos valores, pero te saco los colores‘.

Escoge no comportarte así. Es tan sólo una elección personal consciente. Escoge no ser nunca la víctima. Escoge no reaccionar por impulso por muy difícil que te lo pongan. Has de estar por encima de la presión. Escoge vivir las críticas abusivas como grandes oportunidades. Escoge ser quien critica desde el respeto profundo y el afán por ayudar a la otra persona a ser y a sentirse un poquito mejor mientras tú mismo evolucionas junto con ella.

Pongamos juntos de moda el liderazgo humilde, o como dice una gran amiga empresaria a la que admiro mucho, el liderazgo compasivo. Nada que perder. Mucho que ganar. Cuando lo hacemos, Life Is Great!