Cada vez que paramos por vacaciones nos pasa. Algo se activa cuando pausamos nuestra actividad. Nos miramos en el espejo en sentido literal y figurativo.

¿Qué te devuelve el espejo? Encaja en lo que quieres para ti? Ojalá sea así. O al menos que estés mucho más cerca de estar donde quieres estar. En estos momentos de auto-evaluación nos da por marcarnos objetivos. Y a la misma vez, nos debatimos con esa vocecita interior que duda de nuestra capacidad para cumplirlos con éxito.

Dicen que no es bueno ir de compras al supermercado cuando vas con hambre. Y yo te digo que puede ser contraproducente fijarse objetivos cuando estás con exceso o defecto de motivación.

Ya habrás oído un millón de veces que a la hora de marcarnos objetivos tendrán que cumplir con las características SMART-e:

Específicos. No sirve con escribir una generalidad como ‘aumentar mi facturación’.

  • Mal: Quiero facturar más.
  • Bien: Quiero facturar 15.000 € al mes.
  • Mejor: Quiero facturar 15.000 al mes en ingresos pasivos.

No te pases tres pueblos. Si lo haces tan específico que luego no te acuerdas, no te sirve. no te va a motivar a seguir hacia adelante.

Medibles. Sin números no hay sentido de logro. Tienes que tener una cinta en la línea de meta y sentir que la traspasas. Y de la misma forma tener metas volantes que te vayan dando ese chute de dopamina tan necesario para sentir que vas haciendo progresos.

  • Mal: Quiero pasar más tiempo con mi familia.
  • Bien: Quiero pasar una hora de calidad con cada uno en mi familia cada semana.
  • Mejor: He bloqueado en mi agenda una hora para cada persona de mi familia y es inamovible.

Viables. Cuando fijes tus metas a corto plazo, es mejor pecar de conservador que de entusiasta. No te flipes. Modera tu entusiasmo y fíjate hitos que se pueden conseguir incluso contando con los imprevistos. En el largo plazo sí puedes fijarte metas más ambiciosas. El poder de la constancia puede hacerte escribir un libro de 365 páginas en un sólo año. Y así ocurre con todo lo demás.

Significativos. Los objetivos que te marques han de estar en línea con tus metas a largo plazo y con tus valores nucleares. Demasiado a menudo trabajamos para conseguir objetivos que en realidad tienen más que ver con lo que otras personas quieren para nosotros. Por eso es tan efectivo contar con un coach consultivo para ayudarte a alinear esos objetivos con tu visión a largo plazo.

Con fecha. La tentación es posponer esas metas tan loables para el lunes de la semana siguiente o el mes próximo. Así no hay quien consiga nada. Fija una fecha y comprométete con ella 100%.

Con carga emocional. Reflexiona sobre por qué el cumplir una meta te afecta a nivel emocional. Si tus emociones están envueltas de verdad, serás capaz de superar los obstáculos más duros que se presenten. En tu calendario, junto con la meta, escribe también tu por qué. ¿Qué hace que conseguir esta meta sea tan importante para ti a nivel emocional?

No te des opción a fallar. Procura tener a la vista tus metas formuladas con sentido del humor. Que cada vez que leas aquello que quieres conseguir te sientas bien, y se dibuje una sonrisa en tu cara.

Escribe tus metas en el espejo del baño de tu casa. En el tablón de anuncios de tu despacho. En el frigo de tu cocina. Donde no tengas más opción que mirarlos.

Feliz goal setting session. Que tengas una buena sesión para fijar objetivos.

Nathan Manzaneque es consultor y coach empresarial y puede ayudarte a conseguir tus objetivos a nivel personal y profesional.