A mis clientes de consultoría siempre les advierto en nuestra primera sesión:

«En algún momento de nuestra relación, me vas a odiar cordialmente. 

Y yo me siento perfectamente cómodo con ello. ¿Y tú cómo lo ves? ¿Vas a poder gestionar que te desafíe, te lance retos y te apriete las tuercas a base de bien para sacar tu mejor versión como empresario / profesional / persona?«

EL CONSULTOR QUE BIEN TE QUIERA AYUDAR… COMPLETA LA FRASE 🙂

Si quieres conseguir un cambio real en tu proyecto profesional, es posible que te hayas planteado acudir a un consultor de negocio, o a un coach empresarial. ¿Qué te impulsa a ello?

Seguramente echas de menos claridad en tu visión empresarial. Quizá quieres escuchar de manos de un experto qué opciones se te pueden estar escapando. Qué otros escenarios pueden darse y a lo mejor no estás teniendo en cuenta. ¿Es posible que eches de menos a alguien con experiencia que te acompañe?

En mi caso como consultor, yo también acudo a consultores y mentores empresariales constantemente. También tengo quien me toca los pies y me mete mucha caña cuando me quedo corto en implementar las estrategias que me pueden ayudar a crecer y mejorar en mis proyectos.

Por eso, cuando ayudo a mis clientes a clarificar sus objetivos y las estrategias para llegar a ellos, disfruto mucho del proceso. Aunque haya momentos en los que acompañarte en la implementación sea difícil. Requiere mucha preparación y trabajo por las dos partes. Como todo aquello que vale la pena en los negocios y en la vida.

¿Te atreverías a tener una sesión de prueba gratuita conmigo para ver hasta dónde puedo ayudarte en tu empresa? Ojo, no voy a regalarte los oídos y no puedo decirte que no requiera esfuerzo. Y no voy a plantearte una sarta de tópicos vagos y generalidades. Es muy posible que te plantee un plan de acción lleno de retos que quizá te incomoden y te impulsen a pensar y actuar de forma estructurada.

Si la respuesta es sí, vamos a tener esa conversación, y a partir de ahí, es muy posible que en algún momento de la relación te caiga muy, muy gordo. Y que al mismo tiempo quieras que sigamos trabajando juntos.

Trabaja conmigo 😉