Se confirma. Desarrollar capacidad para ejercer un liderazgo compasivo no es para una banda de blanditos y perro-flautas. Y si te preguntas cómo desarrollar tu capacidad de guiarte a ti mismo y a otros con un liderazgo transformacional, no hace falta que me hagas caso. No lo dice un coach consultivo para empresarios como el que escribe, si no todo un doctor en bioquímica (¿química orgánica?). El doctor David Hamilton presentaba en su libro Los cinco beneficios de ser amable (Diana) el antídoto contra el estrés, la ansiedad, y el envejecimiento.

Hoy María Gilabert Hernando compartía un artículo de La Vanguardia el titular: 

“Ser amable reduce la depresión, la ansiedad, el estrés y rejuvenece”

David Hamilton

 Según este doctor, “las pequeñas acciones diarias de amabilidad tienen un mayor efecto que una gran acción […] siempre que seamos constantes.” 

Ser amable puede ayudarte si te preguntas cómo desarrollar el liderazgo transformacional.

¿Hasta qué punto eres constante cada día en actuar con intencional amabilidad con todo quisqui en tu entorno personal y profesional?

Qué bonito es que los divulgadores científicos dediquen su valioso tiempo a confirmar lo que que nuestros abuelos y nuestros padres ya sabían, y nos enseñaban con cariño a los de la #EGB y a alguno más con suerte … 

Lo llamaban de formas diversas: ‘buenas maneras’​, ‘ser considerado con los demás’​, ‘urbanismo’​, ‘civismo’​, ‘elegancia’​, ‘saber estar’​, ‘respeto’​, ‘valores’​, ‘educación’​, ‘ponerse en el lugar del otro’​, etc. Para algunas personas estos conceptos son sinónimo de debilidad o de ser pusilánime. Incluso para otros es simplemente una forma de manipulación para conseguir su beneficio personal.

Pero vamos a remontarnos aún más lejos. Hasta los Samurais incluían en su bushido (camino del guerrero) el REI (令), el principio por el cual se obligaban a tratar a los demás con amabilidad y cortesía. Pero no la cortesía por temor a ofender a alguien u obtener un beneficio, si no motivada por el interés sincero en considerar los sentimientos de los demás.

¿Hasta qué punto te interesan los sentimientos de la gente con la que trabajas? 

Es una pena que nos sorprenda algo que antes se inculcaba en casa y que la humanidad conoce desde hace miles de años . Porque si nos sorprende quiere decir que no es habitual en nuestros referentes y en nuestro entorno.  Esos referentes quizá lideran de forma confrontacional, en lugar de ser líders transformacionales. Confrontar por agitar, en lugar de por transformar de forma significativa.

¿Es posible que nos hayamos dejado ir como sociedad? ¿Y en las empresas? Hoy las personas que dirigen departamentos de recursos humanos recurren al coach de liderazgo con más reputación en su zona. Que no suene a queja, ¿eh? Que gracias a eso me lo paso en grande haciendo coaching consultivo para gente maravillosa.

Piénsalo. Si la gente a la que admiramos y seguimos (deportistas, cantantes, políticos, etc) no son amables, es posible que terminemos siendo poco amables. ¿Tiene sentido? ¿Cómo vamos a desarrollar nuestro liderazgo transformacional y compasivo si le damos el puesto al personaje que sabemos dirá la burrada más gorda?

Cómo desarrollar el liderazgo transformacional. Evita imitar los liderazgos agresivos aunque te parezcan algo divertidos o incluso ocurrentes.
¿Se parece a la actitud de alguien conocido? ¿Cómo desarrollar el liderazgo transformacional? Evita imitar los liderazgos agresivos aunque te parezcan algo divertidos o incluso ocurrentes. No ayudan a construir relaciones de empatía.

El Risto de turno, Trump, Mourinho, Cristiano Ronaldo, ese colega que tienes que es más zafio que el papel de lija, esos cantantes reguetoneros que juegan al límite de la violencia doméstica en sus letras… Hay millones de personas que les aplauden, les bailan, les siguen, y les imitan en su forma abrupta y despectiva de tratar a los demás, tanto en lo profesional como en lo personal. Mientras tanto igual intentan auto-convencerse de que no tienen nada que ver con esos referentes con los que comulgan en mayor o menor medida. Seguramente no son los mejores ejemplos del mundo sobre cómo desarrollar un liderazgo transformacional y compasivo.

En los tiempos en los que yo iba al colegio (los tiempos de Espinete, Bola de Drac, etc.) la excepción era el abusón (el bully para los de la LOMCE). ¿Es posible que hoy haya más comportamientos agresivos, menos paciencia y elegancia a la hora de tratarnos, y menos amabilidad en una sociedad cada vez más polarizada? Igual tendríamos que empezar por analizar por qué a veces puede flaquear la voluntad de mejorar y desarrollar habilidades en puestos directivos. Y no hablo de los másteres de la Juan Carlos I o de Harvard de la Sierra. Hablo de trabajar habilidades con las manos bien remangadas y a calzón quitao.

¿Piensas que hay voluntad y capacidad mayoritaria de poner la amabilidad de moda cada día tanto en el mundo online como en persona?

En el mundo de la empresa nos encontramos organizaciones con una cultura de liderazgo posicional en la que la compasión brilla por su ausencia. ‘Porque lo digo yo, y punto. Para eso soy el que paga‘. ‘Que cada palo aguante su vela‘. ‘La culpa no es mía. Habrá sido la nueva‘.  

En alguna sesión que otra de coaching de equipos salen realidades que reflejan falta de empatía sistémica en empresas con mucha solera. Con muchos presuntos ‘líderes’ y ‘lideresas’. Y cuando escuchas al equipo, descubres que la comunicación en todas direcciones tiende a ser muy poco amable y efectiva ante la menor dificultad.

Y ahora que estamos en confianza, se me remueven las tripas al rememorar ciertos episodios con directivos que decían practicar el principio de ayuda mutua. Fingían amabilidad, para luego dejar a los de Juego de Tronos como hermanitas de la caridad. Puñales por la espalda, emboscadas con nocturnidad y alevosía. «Brillos mortales despuntan al alba. Sangres que tiñen de malva el amanecer.» Bromas aparte, si llevas unos años en el mundo de la empresa, a algún personaje habrás conocido con un liderazgo trumpista de libro.

Ha llegado el momento de evaluar nuestra capacidad de empatía, de escuchar a los demás de verdad (escucha activa, y sí, ya se que últimamente todo el mundo repite lo mismo). Y por qué no decirlo, de mostrar sensibilidad. Que no tiene por qué estar reñida con la firmeza, o con la rendición de cuentas. Puedes llamar al orden a alguien con un rigor impactante mientras tratas a la persona con delicadeza y respeto.

A lo mejor no resulta fácil desarrollar esa capacidad. Requiere trabajo. Y una buena dosis de humildad, que no es un tesoro para cualquier líder. ¿Quieres formar y consolidar equipos de alto rendimiento? Practica el REI (令). No hace falta que lleves katana ni que aprendas japonés. Utiliza las oportunidades que encuentres a diario para cultivar la amabilidad para desarrollar el liderazgo transformacional de verdad; el liderazgo compasivo basado en la amabilidad y el respeto. Y los adictos a la hostilidad, que les den tila. Así bajan su agresividad, ¿no?

¿Cómo crees que se puede implantar una cultura compasiva y de amabilidad en una empresa o en una sociedad en la que cada uno vaya bastante a la suya? ¿Hasta qué punto se ejerce el liderazgo compasivo en tu organización desde lo más alto hasta la persona más nueva? ¿Te apetece trabajar el tema? Hablemos. Si estás buscando un coach consultivo para ayudarte a desarrollar tu liderazgo y tus resultados, estaré encantado de acompañarte en el viaje.